Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio. 10 Quita, pues, de tu corazón la ansiedad, y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
12 Acuérdate de tu Creador
en los días de tu juventud:
antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas:
"No tengo en ellos contentamiento";
2 antes que se oscurezcan el sol y la luz de la luna y de las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia;
3 cuando tiemblen los guardias de la casa y se dobleguen los hombres valerosos;
cuando estén inactivas las muelas, por quedar pocas, y se oscurezcan los que miran por las ventanas;
4 cuando se cierren las puertas de la calle, y se debilite el ruido del molino;
cuando uno se levante ante el gorjeo de un pajarito, y todas las hijas del canto sean abatidas;
5 cuando también se tenga miedo de la altura y haya horrores en el camino;
cuando florezca el almendro,
la langosta se arrastre pesadamente
y se pierda el deseo.
Es que el hombre se va a su morada eterna, y los que hacen duelo rondan alrededor de la plaza.
6 Acuérdate de él
antes que se rompa el cordón de plata
y se destroce el tazón de oro;
antes que el cántaro se quiebre junto al manantial, y la rueda se rompa sobre el pozo.
7 Es que el polvo vuelve a la tierra, como era;
y el espíritu vuelve a Dios, quien lo dio.
12 Acuérdate de tu Creador
en los días de tu juventud:
antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas:
"No tengo en ellos contentamiento";
2 antes que se oscurezcan el sol y la luz de la luna y de las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia;
3 cuando tiemblen los guardias de la casa y se dobleguen los hombres valerosos;
cuando estén inactivas las muelas, por quedar pocas, y se oscurezcan los que miran por las ventanas;
4 cuando se cierren las puertas de la calle, y se debilite el ruido del molino;
cuando uno se levante ante el gorjeo de un pajarito, y todas las hijas del canto sean abatidas;
5 cuando también se tenga miedo de la altura y haya horrores en el camino;
cuando florezca el almendro,
la langosta se arrastre pesadamente
y se pierda el deseo.
Es que el hombre se va a su morada eterna, y los que hacen duelo rondan alrededor de la plaza.
6 Acuérdate de él
antes que se rompa el cordón de plata
y se destroce el tazón de oro;
antes que el cántaro se quiebre junto al manantial, y la rueda se rompa sobre el pozo.
7 Es que el polvo vuelve a la tierra, como era;
y el espíritu vuelve a Dios, quien lo dio.